domingo, agosto 19, 2012

Espuma de los días.

A veces mi corazón,
envuelto en la cellisca nocturna,
rueda,
circula,
se pierde en sí mismo,
en lo que fuimos juntos.
Un dos sin tres,
sin antes ni después.
Y gira loco,
ebrio de amor,
de desamor,
de locura,
en lo más volátil,
pero efervescente,
y evanescente
de esta espuma de los días,
que hierve en los labios,
todavía,
como aquellos largos besos...